EXPLORACIÓN AEROMARÍTIMA

En los albores de la aviación, nunca se imaginó que el mayor desarrollo tecnológico en este campo estaría alineado a fines militares, incluso los primeros estrategas nunca consideraron incluir aeronaves dentro de sus elementos de combate. Sin embargo, existe un registro del primer intento de utilizar un componente aéreo dentro de las líneas militares, el cual se dio en la batalla de Fleurus, cuando el ejército francés utilizó globos para observar las posiciones enemigas.

De aquel evento a la actualidad, la aviación se ha consolidado como un elemento esencial para la planificación de operaciones militares, llegando a considerarse en ciertos escenarios un componente decisivo para alcanzar los objetivos. En este sentido, uno de los usos más relevantes de los medios aéreos está en la vigilancia, ya que, debido a sus características de velocidad y alcance, contribuye de manera significativa a la toma de decisiones en el campo de batalla.

Prueba de esto es que, durante las campañas navales en la segunda guerra mundial, en las cuales el dominio del mar fue uno de los objetivos más importantes de los actores beligerantes, se desarrollaron tecnologías y técnicas de empleo de aeronaves con fines ofensivos y de vigilancia; siendo esta última la que tendría un papel determinante en las cruentas batallas que tuvieron lugar en el teatro de operaciones marítimo.   

 A partir de experiencias como las antes mencionadas, nace concepto del rol de vigilancia, el cual consiste en la observación sistemática de los espacios aéreo, terrestre, marítimo, submarino, ciberespacio, lugares, personas o cosas, de manera visual, electrónica, fotográfica u otros medios tecnológicos desarrollados. De esta concepción se desprende la denominada Exploración Aeromarítima, la misma que encierra el mismo fin, pero enfocado específicamente a los espacios acuáticos.

Hoy en día, una aeronave para cumplir el rol de exploración aeromarítima debe estar dotada de radares especiales, diseñados para el entorno marítimo, que le permitan la detección de contactos en superficie; cámaras para identificación electro óptica, con capacidad de visualización de día y de noche; equipos de guerra electrónica, capaces de detectar emisiones de radar y de radiofrecuencia en rangos típicos de unidades de superficie, así como deceptivos para radares adversarios, entre otros sistemas tecnológicos que fortalecen las capacidades de vigilancia marítima.   

El mundo enfrenta nuevos riesgos que tienen un impacto global. Entre aquellos que afecten al Estado ecuatoriano, se pueden considerar: la delincuencia organizada transnacional, el problema mundial de las drogas y el tráfico ilícito de armas, entre otros, considerando a éstos como aquellos que tienen relación o incidencia directa en el entorno marino costero, a lo cual se debe sumar los problemas que genera el cambio climático, como un factor multiplicador, que posee una incidencia global, y que, en un futuro próximo, su afectación será aún mayor.

Por otra parte, la reciente tendencia en el desarrollo y explotación de los recursos del océano, han incrementado rápidamente la perspectiva de seguridad marítima alrededor del mundo. Los descubrimientos y exitosa explotación de hidrocarburos y otros minerales tanto en la plataforma continental como en el lecho marino, junto con los potenciales recursos alimenticios de los océanos, han llevado a que las naciones incrementen sus intereses y con estos a un aumento significativo de las actividades marítimas.

Estos nuevos escenarios, están demandando de manera acelerada una acción concreta en lo que respecta a la disponibilidad de medios de vigilancia por parte de las naciones ribereñas, especialmente en aquellas que poseen extensos espacios marítimos, como es el caso del Ecuador, cuya superficie marítima supera en 5 veces a la superficie terrestre. En este sentido, considerar mantener una vigilancia permanente de un espacio tan extenso, únicamente con unidades de superficie resulta virtualmente imposible, quedando en evidencia que la solución más adecuada es la de fortalecer las capacidades de exploración aeromarítima.

En base a lo descrito anteriormente, se puede reflexionar que la constante necesidad de mejorar las capacidades de vigilancia marítima, atiende al incremento de los riesgos y amenazas que enfrentan los estados, bajo esta premisa la Armada del Ecuador a través de la Aviación Naval ha enfocado sus esfuerzos en ir de la mano con el desarrollo tecnológico, producto de la evolución que ha obtenido el medio aéreo, dejando en el pasado un entorno analógico en la interacción hombre-máquina y baja posibilidad de detección de blancos a través de binoculares, hasta conseguir equipamiento de última tecnología capaz de detectar embarcaciones a 200 millas náuticas de distancia, equipos electro-ópticos de reconocimiento capaces de identificar contactos a decenas de millas náuticas de distancia, así como equipos NVG (Night Vision Googles) para la ejecución de operaciones nocturnas.

El cumplimiento de la ardua labor descrita anteriormente es vital para el desarrollo y sostenimiento del país, ya que la protección y explotación responsable de los recursos marinos, le garantizará a la población ecuatoriana un desarrollo económico sostenible. Por esta razón, la Aviación Naval, consciente de la gran importancia de las operaciones que ejecuta, opera permanentemente custodiando la heredad marítima nacional del Ecuador.

 




ARMADA DEL ECUADOR REALIZA TRANSPORTE AEROMÉDICO EN LA REGIÓN INSULAR